jueves, 16 de mayo de 2013

ELOY ALFARO

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Cronología del alfarismo


Insurrección de liberales
Mar. 31.- La segunda Asamblea Constituyente en Ambato elige Presidente a Veintimilla.
Abr. 6.- Se expide en Ambato la IX Constitución, que suprime la pena de muerte para los delitos políticos y comunes, y seculariza la enseñanza.
Abr. 21.- Ignacio de Veintemilla Villacís asume el poder como Presidente de la República. No hubo Vicepresidente. (a)
Decreto Legislativo que ratifica el nuevo Concordato con el Vaticano.
Oct. 20.- Eloy Alfaro llega a Esmeraldas y, apoyado por el Crnel. César Guedes, Jefe Militar de Esmeraldas, se proclama Jefe Supremo. La expedición fracasa.
Oct. 30.- Revolucionarios liberales atacan Tulcán y proclaman Jefe Supremo a Juan Montalvo. El episodio solo dura un día. El Gobierno del Ecuador firma un Tratado de Paz y Amistad con España.
Mar. 14.- Nueva versión del Concordato es adoptada.
Mar. 25.- Veintemilla se declara Jefe Supremo antes de elecciones. Quito y Guayaquil proclaman a Ignacio de Veintemilla Jefe Supremo el 26 de marzo y el 2 de abril, respectivamente.
Jun.- Inicia la lucha armada por liberales y conservadores contra la dictadura de Veintemilla.
Feb. 2.- Eloy Alfaro es ascendido al grado de general de Brigada del Ejército del Ecuador.
Jun. 5.- Eloy Alfaro es declarado Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas.
Jul. 9.- Veintemilla fuga en un navío a Lima cuando Alfaro y José Ma. Sarasti lo sitian en Guayaquil.
Jul. 10.- Pedro Carbo es declarado Jefe Supremo de Guayaquil.
Jul.- Hay tres gobiernos en el país: Alfaro en Manabí y Esmeraldas, Pedro Carbo en Guayaquil, y el Pentavirato en Quito.
Oct. 15.- José María Plácido Caamaño es nombrado por una Asamblea Constituyente y asume el poder como Presidente Interino.
Se expide un Decreto Legislativo que autoriza negociar con el Vaticano la substitución del "diezmo" por otro impuesto. En Quito se inicia la construcción de la carretera del norte.
Feb. 10.- José María Plácido Caamaño y Gómez Cornejo asume el poder como Presidente de la República; Agustín Guerrero Lizarzaburu es su Vicepresidente.
Feb. 13.- Se expide en Quito la X Constitución, que deroga la pena de muerte.
Ene. 1.- El liberal Nicolás Infante Díaz es fusilado en Palenque. Grupos armados de alfaristas ("montoneras") crean inestabilidad en la Costa. Revolucionarios en el sur son fusilados. Se inicia el camino Quito-Archidona.
Mar. 20.- El Crnel. Luis Vargas Torres es fusilado en Cuenca.
Ago. 1.- Convenio Espinoza-Bonifaz con el Perú para que el Rey de España arbitre la cuestión limítrofe.
Ago. 17.- Antonio Flores Jijón (hijo del Gral. Juan José Flores) asume el poder como Presidente de la República; Pedro José Cevallos Salvador es el Vicepresidente.
Se restablece el Ministerio de Instrucción Pública. En Guayaquil se funda la Junta de Beneficencia.
Jun. 5.- Se sustituye el "diezmo" a la iglesia católica por un impuesto sobre la propiedad y la exportación de cacao.
Jul. 1.- Luis Cordero Crespo asume el poder como Presidente de la República. Pablo Herrera González es su Vicepresidente.
Ene.- Vicente Lucio Salazar asume la Vicepresidencia.
Abr. 9.- Tropas del gobierno combaten a tropas liberales y conservadoras que toman Guaranda.
Abr. 10.- Tropas del gobierno combaten contra tropas conservadoras en Quito.
Abr. 16-17.- Luis Cordero Crespo renuncia y Vicente Lucio Salazar ejerce el Poder Ejecutivo.

Mayo 5.- El pueblo de Chone, en la provincia de Manabí, lo reconoce por primera vez como jefe de Estado tras haberse consolidado las victorias de las revueltas montoneras en el norte y el centro de Manabí, promoviéndose la Proclama Liberal de Chone mediante un comunicado público.
Carlos Concha Torres y otros liberales toman la ciudad de Esmeraldas.
Mayo 9.- Tropas liberales bajo el Crnl. Manuel Serrano Renda triunfan en El Oro.
Jun. 4.- Guayaquil nombra a Ignacio Robles como Jefe Civil y Militar.
Jun. 5.- Una Asamblea Popular en Guayaquil proclama a José Eloy Alfaro como Jefe Supremo de la República.
Jun. 19.- Eloy Alfaro llega a Guayaquil, de Panamá, y toma el Poder.
Jul. 22.- Fuerzas liberales triunfan contra tropas del gobierno en Guangopud (Chimborazo).
Tropas del gobierno triunfan contra fuerzas liberales en Loja y San Miguel de Chimbo, 29 de julio y 6 de agosto, respectivamente.
Ago. 9.- Los ejércitos liberales triunfan en Palenque y Quevedo (Los Ríos).
Ago. 15.- El ejército liberal derrota a las tropas del Gral. José Ma. Sarasti en Gatazo (Chimborazo); y también triunfan en el Girón (Azuay).
Ago. 24.- Eloy Alfaro es ascendido al grado de general de División del Ejército del Ecuador, el máximo rango en esa época, por el triunfo en el combate de Gatazo.
Mayo 19.- Crea el Colegio Nacional Bolívar de Tulcán, primer colegio laico del Ecuador.
Mayo 29.- Conservadores ecuatorianos exilados en Colombia y aliados colombianos se enfrentan a tropas del gobierno en Cabras (Carchi).
Jul. 5.- Tropas conservadoras bajo el coronel Antonio Vega Muñoz toman Cuenca.
Ago. 20.- El ejército liberal bajo el Gral. Ulpiano Páez derrota a tropas de Vega en Lircay, Lenta y Girón.
Ago. 22.- El ejército liberal triunfa en Cuenca después de feroz resistencia requiriendo combates de casa por casa; mueren 1.250 combatientes.
Oct. 9.- La I Asamblea Constituyente Liberal (la XII Nacional) se reúne en Guayaquil y nombra a José Eloy Alfaro Delgado como Presidente Interino.
Ene. 14.- Se expide en Quito la XI Constitución (I Constitución alfarista), que establece la libertad de cultos, deroga la pena de muerte e impone la igualdad de los ciudadanos ante la Ley.
Ene. 17.- José Eloy Alfaro Delgado asume el poder como Presidente de la República; Manuel Benigno Cueva es el Vicepresidente. Se expide la Ley que garantiza la libertad de pensamiento.
Mayo 29.- Se expide la Ley de Instrucción Pública que pone el ciclo de enseñanza (incluida la universitaria) bajo el control del Estado y que sea obligatoria en la primaria, gratuita y laica.
Junio 1.- Crea el Instituto Nacional Mejía con educación laica.
Jun. 17.- Se firma el contrato de construcción del ferrocarril Guayaquil-Quito.
Las rentas eclesiásticas son reducidas; se suprimen los impuestos que reemplazaron al diezmo.
Oct. 31.- El Congreso aprueba la Bandera y el Escudo del Ecuador.
Se crea el Registro Civil, con lo que se le quitó a la Iglesia los medios de información y control sobre los ciudadanos. El registro de nacimientos y la administración de los cementerios pasó a manos del Estado.
Sep. 1.- Leonidas Plaza Gutiérrez asume el poder como Presidente de la República; Alfredo Baquerizo Moreno es el Vicepresidente.
Jul. 7.- Llega la primera locomotora del ferrocarril a Alausí.
Oct. 3.- Se expide la Ley de Matrimonio Civil. Se expide la ley que permite los divorcios.
Oct. 12.- Se expide la Ley de Cultos que establece las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Jul. 24.- El ferrocarril llega a Riobamba.
Sep. 1.- Lizardo García Sorroza asume el poder como Presidente de la República; Alfredo Baquerizo Moreno es el Vicepresidente.
Dic. 31.- Eloy Alfaro dirige un Golpe de Estado contra el gobierno de Lizardo García.
Ene. 16.- Eloy Alfaro toma el poder como Jefe Supremo después que sus tropas derrotan a tropas gobiernistas en Chasqui (Cotopaxi).
Ene. 19.- Guayaquil reconoce a Eloy Alfaro como Jefe Supremo.
Oct. 9.- Eloy Alfaro es elegido Presidente Interino por una Asamblea Constituyente.
Dic. 22.- Se expide en Quito la XII Constitución, llamada "atea" por los conservadores, pues establece la separación de la Iglesia y el Estado. El Estado es supremo. El cargo de Vicepresidente es suprimido.
Llega el ferrocarril a Ambato.
Ene. 1.- Eloy Alfaro es nombrado Presidente de la República por la Asamblea Constituyente.
Jun. 25.- Inauguración del ferrocarril entre Guayaquil y Quito.
Nov. 6.- Se expide la "Ley de las manos muertas", bajo la cual se confiscan los bienes inmuebles del clero para el beneficio de la asistencia pública.
Abr. 24.- Alfaro asume la Jefatura del Ejército para fortificar el golfo de Guayaquil en caso de una invasión peruana. La intervención diplomática de Estados Unidos, Argentina, y Brasil evita la guerra.
Jul 30.- La Junta Patriótica, integrada por Luis Felipe Borja Pérez (padre) (presidente), Federico González Suárez (vicepresidente), Manuel A. Larrea, José Julián Andrade, Carlos Casares, Carlos Freile Z., Joaquín Gómez de la Torre, Carlos Pérez Quiñones, Quintiliano Sánchez, Pacífico Villagómez, Luis Felipe Borja Pérez (hijo) y Celiano Monge, pide que el gobierno de Alfaro reconozca la elección de Emilio Estrada como Presidente.
Ago. 11.- Alfaro renuncia por revuelta popular; el Presidente del Congreso, Carlos Freile Zaldumbide es encargado del Poder.
Sep. 1.- Emilio Estrada Carmona asume el poder como Presidente Constitucional; no hubo Vicepresidente.
Dic. 21.- Estrada fallece de ataque cardíaco.
Dic. 22.- Carlos Freile Zaldumbide es otra vez encargado del Poder.
Ene. 12.- Eloy Alfaro desembarca en Guayaquil.
Ene. 28.- Por orden de Freile, los Alfaro, Páez, Serrano y el periodista Luciano Coral son puestos en el Penal García Moreno en Quito. El gobierno no protege a los prisioneros alfaristas de una "chusma organizada" que invade el Penal García Moreno, asesina a los detenidos, los arrastra por las calles de Quito y quema los cadáveres en el Ejido.

Mausoleo y monumentos

Mausoleo y monumentos







A escondidas, sin los honores a los que tenía derecho como ex presidente de la República y general del Ejército, los irreconocibles restos del presidente Alfaro y sus tenientes fueron enterrados en un cementerio público de Quito. En el acta de defunción se anotó como causa de muerte que "lo había matado el pueblo". El acta no registra peritaje médico alguno y tomando en cuenta que según Gangotena, en la misma pira se quemó a Alfaro y Luciano Coral, hasta quedar irreconocibles, no hay certeza de que se hayan podido identificar sus restos debidamente, a diferencia de otros de los martirizados cuyos cuerpos no fueron totalmente quemados por falta de suficiente combustible. En los años 40 del siglo XX se trasladaron las que se cree son sus cenizas hacia Guayaquil, en cuyo Cementerio General se levantó un Mausoleo, con un busto de bronce. Durante la presidencia de Rafael Correa Delgado, en 2008, parte de las supuestas cenizas del Viejo Luchador fueron retiradas y trasladadas con honores militares al complejo llamado Ciudad Alfaro, en la población manabita de Montecristi, su tierra natal, que también albergó a la Asamblea Constituyente de 2008. El Mausoleo, decorado con murales, contiene lo que se supone son las cenizas de Alfaro en una urna. La celda del Penal García Moreno donde fue asesinado nunca más fue ocupada. Actualmente hay un busto de Alfaro en ella. En las principales ciudades ecuatorianas hay calles y avenidas en honor a Alfaro. La avenida Eloy Alfaro es una de las principales de Quito. En la capital se levanta también un obelisco que señala un lugar muy cercano al real, en el cual la turba quemó los despojos del presidente Alfaro y sus tenientes, probablemente en el sitio que Gangotena señaló como la pira número uno. El obelisco, pintado de rojo, está coronado por una antorcha en el centro del parque de El Ejido. El obelisco tiene una placa que dice "Martirio y glorificación de Alfaro, 28 de enero de 1912". En frente del obelisco, el alcalde Paco Moncayo hizo levantar una estatua de Alfaro. Cada 5 de junio, aniversario de la Revolución, los colegios públicos de Quito le rinden homenaje, depositando ofrendas florales. También realizan una ceremonia en su memoria las logias masónicas de la capital. En Guayaquil, un gran monumento levantado a mediados del siglo XX recuerda al general Alfaro, y lo muestra liderando la Revolución liberal.

La Hoguera Barbara


La Hoguera Barbara 



"Enseguida desembarcó Plaza con su ejército. Su primera decisión en Guayaquil, fue la violación de las Capitulaciones. En algunos de sus telegramas manifestó sorpresa porque los Generales no habían fugado: ésta es declaración de que él lo hubiera hecho, porque para él nada importa un compromiso. En la mejor acción de este hombre se deja vislumbrar la estrofa de una canalla. Mandó prender á los generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, quienes se hallaban juntos, esperando la designación del vapor en que debían embarcarse (...) Plaza había tenido buen cuidado de incorporar en el populacho a soldados disfrazados y escogidos, para que mataran a los generales en la calle, cuando los conducían a prisión". Se refiere a Plaza: "Y a su cómplice Valverde le telegrafiaba a Manabí en las mismas horas: "El hecho de haber caído prisioneros todos los cabecillas está revelando que una justicia superior va á destruir el mal de una manera radical y para siempre"4
Guardaban el Penal García Moreno el Regimiento No. 4, los batallones "Quito" y "82", y secciones de policía. Se estimó en el año de 1919, en 600 soldados armados a la guarnición que debía proteger la prisión y mantener el orden, pero no lo hizo.
Conducidos por el coronel Alejando Sierra y sus soldados del batallón Marañón a pie y a caballo, los prisioneros de guerra entraron en Quito. A pesar de que era un secreto a voces que se tramaba un linchamiento -algunos diarios hasta lo insinuaron en sus editoriales, aunque dado el porcentaje de analfabetismo de la época es muy poco probable que hayan influenciado directamente a la masa- Sierra paseó al general Alfaro en un automóvil blanco desde el sector de Chillogallo, en la entrada sur de Quito, al Penal, tomando las calles más concurridas, donde la gente pudo verlo e insultarlo. Según relató Cristóbal Gón, el auto iba conducido por un fránces llamado Hubert, quien fue insultado por la gente. Gangontena cree que hubo incidentes entre la guardia y la gente, al extremo de haber un muerto y por lo menos un herido.5 Los militares entregaron a Alfaro en la Penitenciaría, donde fue encerrado en la Sección E, junto con sus tenientes. Pero no hubo tiempo ni siquiera de asegurar las celdas, cuando empezó el ataque.
Era poco después del mediodía cuando una turba, estimada por el fiscal Pío Jaramillo Alvarado en el año de 1919, en cuatro mil personas, rodeó el Penal para asaltarlo. Los militares, según pudo establecer el fiscal, no solo que no ofrecieron resistencia, sino que llamaron a la gente para darle armas y elementos para el ataque. Solo la guardia interna del Penal resistió, asegurando las puertas con lo que tenían a mano, pero estas fueron rápidamente destruidas. Todos los tiros disparados fueron contra el Penal, sin que se hiciera fuego desde el interior. Según pudo establecer Gangotena en una visita a los pocos días, los asesinos forzaron a tiros una ventana y una puerta de madera, mientras que no pudieron romper la puerta principal. La puerta de madera había sido asegurada con unos adobes, sin éxito. Quienes entraron abrieron luego la puerta principal y supieron rápidamente en donde estaban los presos, pues se dirigieron a la Serie E sin demoras.
El general Alfaro, que tenía 70 años, le dijo al director del Penal, Rubén Estrada, que se ahogaba y pidió un cajón para sentarse, pues en la celda no había mueble alguno. El director declaró que había dispuesto que le den una silla.
Un grupo de artesanos de Quito, armados con fusiles, pistolas y garrotes, ingresaron con facilidad a las celdas donde se había conducido al ex presidente y sus tenientes. Las puertas de las celdas estaban abiertas, pues, según declararon los empleados del presidio, no tuvieron tiempo de asegurarlas con candados, salvo en el caso de la celda de Flavio Alfaro.
Cuando el general anciano sintió un ruido, púsose en pie y se acercó a la puerta, en ademán de imponer silencio. Un cochero llamado José Cevallos, al parecer un sicario contratado por el ministro de Gobierno de Freile, Octavio Díaz, entró en la celda a matarlo. Según Gangotena, el general llevaba consigo una botella de cognac, que lanzó contra él.
El testigo del asesinato del general, Adolfo Sandoval, declaró en el proceso:
“Penetré por medio de aquel populacho hasta la puerta de aquel establecimiento, que ya la encontré despedazada y que habían botado una especie de muro de adobe, que habían hecho para resguardarle. Habiendo subido la escalera de la Serie ‘E’ encontré en una celdilla a los Generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, y me consta que el cochero José Cevallos, dirigiéndose al General Alfaro le dijo: ‘dónde están los millones que has robado viejo sinvergüeza’, le dio de golpes con un palo que tenía en la mano, lo boto al suelo, y en seguida con el rifle que tenía, lo mató, y luego hizo lo mismo con el General Páez. Cuando muerto ya el General Páez, el carpintero Emilio Suárez, le dio un barretazo en la cara que le hizo tortilla, sacaron sus cadáveres que los botaron de ese altillo para abajo, y los bajaron. En seguida volvió a subir Cevallos, gritando ‘falta un bandido’, y dirigiéndose a la celdilla en donde había estado el General Flavio E. Alfaro, en cuyas puertas que habían estado aseguradas con candado, rompió éste a balazos, penetró, le hizo un tiro, con el que cayó muerto, en cuyas circunstancias entró un joven con pistola en mano, con la que también le hizo un tiro: no conocí a ese joven, pero debe dar razón el sindicado Cevallos. Vi también al zapatero Montenegro con cuchillo y que gritaba también, que había que matarles a los Flavistas, y el cochero de la señora Isabel Palacios, hacía tiros en las celdillas de los presos, en compañía de muchas personas a quienes no pude conocer porque eran numerosas y debido también a la ofuscación que existía; pues es inexplicable lo que acontecía, puesto que los hechos que pasaban eran terribles”. 6
Al parecer, Cevallos tras golpear al ex presidente le disparó dos tiros, uno en la cara y otro en el ojo, quedando en la celda un charco de sangre y la botella rota.
Carmen Sandoval, una empleada del Penal, relató al fiscal haber visto lo siguiente:
“Ví subir por la escalera de ese altillo a un joven de leva y dos muchachos, armados con rifles, y dirigiéndose a las celdillas en que estaban los Generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, los victimaron, y sacando arrastrado el cadáver del General Alfaro, lo metieron por las barandas del pasamano de fierro de aquella Serie y lo botaron hacia abajo al empedrado. Vi que el cadáver del General Páez, lo arrastraron y le daban con piedras, sin haber podido conocer a ninguna persona que estos hechos bárbaros cometían. Luego el General Flavio Alfaro, se encontraba solo en su celdilla, era el único que no había sido muerto, cuando vi que se regresaba el cochero Cevallos, de cerca de la puerta principal, y decía “falta un bandido”, y subiendo la escalera, en compañía del zapatero Montenegro y N. Vaca, cochero de la señora Isabel Palacios y unas seis mujeres del pueblo que les seguían, fueron en busca del señor General Flavio Alfaro y dando con él, así mismo lo victimaron. Cevallos estaba armado con un rifle, el zapatero Montenegro con pistola y el zapatero Vaca con un cuchillo que lo tenía a la mano, con el que le punzaba al referido General cuando lo sacaban arrastrando de la celdilla; constándome además que el indicado General aún no moría. Todos los cadáveres sacó la gente arrastrándolos, para la ciudad; y como repito, como el populacho era numeroso y había una fuerte confusión, no se distinguía a las personas. El preso criminal A. Flores, que ya cumplió su condena y salió en libertad, me refirió que él también había visto que el cochero Cevallos, mató al General Flavio E. Alfaro. Lo que dejo relacionado, observamos desde la Bomba, yo, la viuda del Comandante Estrada, la señora Rosa Sierra y la señora Dolores Jara". 7
Según relató Gangotena, Ulpiano Páez había escondido un revólver en la bota, con el que pudo defenderse y abatir a uno de los atacantes, antes de recibir un tiro fatal en el rostro.
Flavio Alfaro, que tenía la puerta de su celda cerrada, pudo resistir varios minutos a los balazos que le disparaban desde el exterior, pero finalmente fue alcanzado por tiros de rifle.
Los asesinos mataron a un preso común, al que confundieron con uno de los políticos liberales.
En la versión de Andrade, un individuo de apellido Pesantes llamó al pueblo y abrió las puertas, entregó los cadáveres y ordenó, que los arrastrasen y quemasen. Según estableció el fiscal Pío Jaramillo Alvarado en 1919, un grupo de artesanos mestizos, llamados José Cevallos, José Emilio Suárez, Alejandro Salvador Martínez, Julio Vaca Montaño, María Mónica Constante, Emilia Laso y Silverio Segura 8 fueron los principales cabecillas del grupo de asesinos que ingresó por la fuerza al Penal de Quito y los organizadores del linchamiento, y posterior quema de los restos. A pesar lo escrito por José María Vargas Vila, en su libro "La muerte del Cóndor", no participaron en el crimen indígenas ni personas venidas de otras ciudades, pues casi todos eran personas conocidas como artesanos y cocheros de Quito. Sobre Cevallos, el fiscal no pudo concretar su relación con el ministro de Gobierno, Octavio Díaz, con quien al parecer trabajaba y estuvo pocos minutos antes de sumarse a la turba y liderar el asesinato de Alfaro. Esto fue negado siempre por Díaz.
El espectáculo fue horrendo. Los cadáveres desnudos fueron amarrados por la turba de pies y manos. Al cadáver del periodista liberal Luciano Coral un abogado le cortó la lengua y la llevaba en la punta de su bastón mostrándola a la gente.
Mujeres como María Mónica Constante, alías La Chimborazo y Emilia Laso encabezaron la carnicería, arrastrando ellas mismas los restos de los generales asesinados por prácticamente toda la ciudad, desde el Penal García Moreno en el centro hacia las afueras, a un descampado en el norte de Quito conocido como El Ejido (hoy es un parque de la ciudad) desde tiempos coloniales.
Los cadáveres de Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, fueron arrastrados por las calles Rocafuerte, Venezuela y Guayaquil, pasando por las plazas de Santo Domingo y La Independencia, para luego converger hacia el Ejido. Una vez ahí, se encendieron por lo menos cinco hogueras para quemar los restos, ya muy deteriorados por el arrastre a lo largo de muchas cuadras sobre calles pavimentadas de piedra.
Fue desde el tejado de una casa en la Plaza de Santo Domingo, que Gangotena pudo ver lo siguiente:
“Me fui hasta la esquina a tiempo para alcanzar a ver pasar el cuerpo desnudo de don Eloy Alfaro, que fue el que primero bajaron. Iba el cadáver desnudo de cintura arriba, en las piernas conservaba un calzón azul de paño; al lado de de la boca, en el lado izquierdo, tenía una herida, que no pude saber si era de balazo o de arma blanca. La cabeza parecía tener triturados todos los huesos del cráneo, de tal manera que temblaba como una bolsa de gelatina: mil años viviré que no olvidaré nunca lo que he visto. En la caja del cuerpo, que iba descubierta, yo no pude ver herida alguna, aunque decían que tenía una en la tetilla izquierda. Ví, sí, manchas de sangre en el pecho, pero no me parecieron sino provenientes de la herida de la cara. Al ver pasar esa masa horripilante, no pude contener un gesto de horror, me llevé constantemente las manos a la cara y se me escapó un grito "qué horror". Pero entonces un muchacho me increpó, "canalla ajo" me gritó, apuntándome con un revólver (...) El populacho llevó los cadáveres por toda la carrera Guayaquil, hasta la Plaza de La Alameda, en donde se dice que mutilaron el cuerpo de don Eloy Alfaro, cortándole el miembro viril."9
Gangotena relata a continuación, que los asesinados armados le obligaron a aplaudir el espectáculo horrendo que presenciaba a punta de pistola.
Aunque la turba gritaba "viva el pueblo católico", la Iglesia Católica no participó en la masacre. El arzobispo de Quito, Federico Gonzáles Suárez, relató luego de los hechos:
"En los momentos en que los cadáveres de los Generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, eran arrastrados por la Plaza de la Independencia, un grupo del pueblo penetró al Palacio Arzobispal y se dirigió decididamente a los departamentos ocupados por el I. y Rvmo. señor Arzobispo. Al oír el ruido, salió de su cuarto Monseñor González Suárez y adelantándose a los del grupo, les preguntó qué querían. A lo que le contestaron: Dénos su Señoría Ilustrísima el permiso para repicar las campanas de la Catedral, porque el señor Sacristán Mayor (entonces el Presbítero señor José Miguel Meneses) no quiere permitirnos. Y ¿por qué quieren ustedes repicar las campanas de la Catedral?, replicó el I. señor Arzobispo. Porque, contestaron, debemos alegrarnos de que hayan desaparecido los que tanto perseguían a la Iglesia. La Iglesia no puede aplaudir esta conducta, y así ustedes deben retirarse de aquí y les prevengo que no han de poner un dedo en las campanas de ninguna iglesia, concluyó el Prelado. No hubo, pues, repiques de campana en las iglesias católicas, como pretendieron algunos exaltados” 10
Ni el Ejército ni la Policía presentes intervinieron, hasta cuando los asesinos dejaron la hoguera que el escritor Alfredo Pareja Diezcanseco llamó "la Hoguera Bárbara". Se supo que el Gobierno dio la orden de no reprimir ni intervenir, tanto a los mandos militares, cuanto al intendente de Policía de Quito. El intendente declaró en el proceso que fue el propio Freile quien le dio la orden de no impedir los desmanes, por lo que renunció inmediatamente.
Gangotena relata que la turba arrastró los cuerpos por toda la Plaza de la Independencia y luego bajó hacia San Agustín, en donde vivía Freile Zaldumbide, en cuya casa intentaron penetrar para dejarle los muertos, cosa que impidió la guardia presente. Freile declaró que estaba enfermo y en cama, por lo que se excusó de salir a ver el espectáculo.
Gangotena describe que fue a ver la escena en el parque capitalino, cerca de las 16:30. Nos precisa que no uno hubo una sola hoguera, sino por lo menos cinco, alineadas de este a oeste en el descampado y que solo la que contenía los despojos de Eloy Alfaro y Luciano Coral, había destruido mayormente los restos. Mezquina hasta con el combustible, la chusma dejó a medio quemar y reconocibles los restos del general Ulpiano Páez, así como los de Medardo y Flavio Alfaro, en cuyos cadáveres mutilados era posible todavía ver las vísceras. Se podían ver también, precisa el testigo, los restos de las cuerdas que los asesinos amarraron en los tobillos de las víctimas. Algunos niños jugaban con los muertos, picándolos con palos.
Sobre los restos de Eloy Alfaro, precisa:
"Había ahí, a las 4 y media que llegué, cuatro (luego destaca que son cinco) piras ardiendo. En el número 1 estaban Eloy Alfaro y Luciano Coral. En el 2 el general Manuel Serrano, en el 3 el general Ulpiano Páez, en el 4, Flavio y Medardo Alfaro, en el 5 había sido puesto Medardo, pero como se apagara, habían traslado el cadáver a la hoguera en la que estaba Flavio. A la hora en que yo vi este terrible espectáculo, el fuego estaba ya casi apagado. No había llamas, sino apenas brazas de candela, los cuerpos medio carbonizados con la propia grasa entretenían al fuego expirante,lo que producía mucho humo, de un olor nauseabundo(...) en la primera el que estaba más consumido por el fuego era don Eloy Alfaro, Coral también estaba irreconocible, los dos tenían carbonizadas las cabezas y el flanco del cuerpo y los muslos, don Eloy tenía una canilla enteramente carbonizada, los pies y las manos de los dos, contraidas horriblemente, estaban casi intactas. Esta hoguera parece ser la que más combustible tuvo, y por ende, la que más destruyó los cadáveres." 11
Empero, como si nada hubiera ocurrido, una banda de música ofreció una retreta frente a la casa de gobierno, el Palacio de Carondelet. Los diarios de la época apenas reportaron el hecho con pequeñas notas. Al término de su relato, Gangotena precisa que el sentir de la opinión pública fue de condena hacia las atrocidades cometidas, pero se justificaban los asesinatos. También anota que solo a balazos podría el Gobierno haber recuperado los cuerpos e impedido la barbarie, pero estima que es poco probable que el Ejército hubiera cumplido la orden de disparar a la turba. Reprocha también al coronel Sierra su absoluta inacción frente a lo que ocurría y el accionar de la prensa con diarios políticos, que representaban a Leonidas Plaza y Julio Andrade.12
El fiscal Jaramillo cuestionó duramente la acción del Ejército, que al parecer facilitó el asalto al penal y dio armas a los asesinos como Cevallos y otros. El Ejército había derrocado al presidente Alfaro pocos meses antes y no quería su regreso.
Ayala Mora, quien ha escrito una moderna historia del Ecuador, señala según su opinión: "No hay elementos suficientes para acusar a Plaza, pero es en cambio incuestionable que fueron los placistas junto con los conservadores y clérigos los que azuzaron a la multitud enloquecida".
Vargas Vila atribuyó el crimen tanto a los conservadores, como Carlos Tobar, quien había declarado años antes de la tragedia, que a Alfaro había que quemarlo como a un hereje, cuanto a Plaza, por su afán de quedarse con el poder.
Junto a Eloy Alfaro, murieron (aunque no todos en el mismo día ni en el mismo lugar) Manuel Serrano, Flavio Alfaro, Ulpiano Páez, Luciano Coral, Pedro Montero, Medardo Alfaro, Belisario Torres, Luis Quirola.
A partir de ese día, se inició en el país la persecución de los alfaristas, y hasta 1916 en que ya gobernaba Leonidas Plaza Gutiérrez, se registraron alrededor de 8.000 muertos, debido a una guerra civil que se desató en Esmeraldas.

Derrota y asesinato


Derrota y asesinato

Desde mediados de 1911, en Quito y en todo el país, se fue afianzando y extendiendo, un clima anti-alfarista que culminó el 11 de agosto con un golpe de estado militar, que obligó a Eloy Alfaro a dimitir de la presidencia, a refugiarse en la Legación de Chile y posteriormente exiliarse a Panamá. Según estima Cristóbal Gangotena, un testigo presencial de los hechos que dejó una crónica, la vida de Alfaro ya corrió peligro durante su derrocamiento, siendo salvado por los cónsules de Brasil y Chile. Este último, de apellido Eastman, fue el responsable de un acuerdo que permitió que Alfaro salga ileso, pero comprometiéndose a salir del país por lo menos un año. Desde entonces, el Viejo luchador, perdería todo el apoyo en el Congreso, en donde la "mayoría constitucionalista" lanzaba furibundos ataque contra él, llegándose a plantear incluso la colocación de una placa difamatoria contra el Alfarismo en el Palacio de Carondelet y a pedir su extradición, para juzgarlo, mientras los hombres del antiguo régimen eran apresados y sufrían las consecuencias de la ira de un populacho que enfurecido linchó al Coronel Quiroga. En este clima, Víctor Emilio Estrada, asumió el poder, pero sus problemas del corazón lo llevaron a la tumba después de tres meses. El Congreso en donde los placistas y conservadores dominaban, eligieron al presidente del Congreso Carlos Freile Zaldumbide para que se encarge del Gobierno, lo que fue rechazado por los alfaristas de Esmeraldas que eligieron a Flavio Alfaro como Jefe Supremo, a la vez que el general Pedro J. Montero, fiel seguidor de Alfaro y Jefe Militar de Guayaquil, se proclamó por su parte, como Jefe Supremo del Guayas. El general Leonidas Plaza Gutiérrez en nombre del Gobierno, como jefe del Ejército, se dirigió a Guayaquil, para combatir el levantamiento de Montero, que había recibido el apoyo de Flavio Alfaro y del propio Eloy Alfaro, quien regresó de Panamá, ante el pedido de Montero para actuar como mediador y pacificador. Alfaro regresó, para servir de mediador entre los suyos y el Gobierno y evitar mayores problemas para el radicalismo y aún la mismísima desaparición del partido.
Las fuerzas liberales fueron derrotadas en sucesivas batallas en Huigra, Naranjito y Yaguachi, donde mueren cerca de 1.000 hombres, en una corta guerra civil. Montero se vio obligado a llegar a un acuerdo de capitulación en el que se pedían garantías para Alfaro y sus compañeros. Ante la eminente derrota del liberalismo, el Viejo luchador firma la rendición, que fue mediada por los cónsules de Estados Unidos y Gran Bretaña en Guayaquil. Contemplaba la rendición de las fuerzas liberales, amnistía a Montero y los partícipes del 28 de diciembre, y el exilio voluntario de don Eloy, en un vapor asignado por el Gobierno. No habría represalias.
Pero la Capitulación no fue respetada, se argumento que Alfaro tampoco había respetado su compromiso anterior de 1911, y el General Leonidas Plaza, Jefe de las fuerzas gobiernistas, ordena la detención de Eloy y Flavio Alfaro, Pedro J. Montero y Ulpiano Páez; además, se aprehendió a personas que nada tuviero que ver con los hechos anteriores, sino por el simple hecho de ser liberales, como Medardo Alfaro, el periodista Luciano Coral,director del periódico liberal El Tiempo y Manuel Serrano Renda.
El General Montero fue juzgado por traición en Guayaquil, bajo el pretexto de estar sujeto a la jurisdicción militar, en donde al final de la sentencia que lo condena a 16 años de prisión, un soldado le disparó en la frente y lo arrojó a la calle desde una ventana. Como en un anticipo macabro de lo que vendrá, el pueblo arrastró el cadáver por las calles de Guayaquil y lo quemó en forma bestial en una plaza.
"El cadáver, entonces, fue abandonado en las calles, descuartizado y por fin quemado en una plaza"3
El Presidente Freile ordena que los otros prisioneros sean llevados a Quito. Plaza, aparece como contrario a esta disposición, pero el historiador Roberto Andrade lo acusa de haber manipulado la decisión y planeado el asesinato de los jefes del radicalismo, que finalmente ocurrió en la capital el 28 de enero de 1912 en el Penal García Moreno. Como una ironía histórica, el general Alfaro fue llevado a Quito en el mismo tren que él construyó.
Controvertida es aún hoy, la cuestión relativa a los responsables materiales e intelectuales, del asesinato de Alfaro y varios de sus tenientes.
La historia oficial atribuye tal vergüenza a la plebe. El historiador Roberto Andrade, contemporáneo de Alfaro, acusa a Leonidas Plaza; otros investigadores lo liberan. Nadie niega que fuera un crimen político y horrendo, instigado por móviles protervos, que aún hoy llenan a la República de estupor.

El laicismo

El laicismo 



Uno de los principales aportes de Eloy Alfaro fue la creación de colegios públicos laicos, quitándole a la Iglesia Católica el monopolio de la educación. Estas medidas fueron inspiradas por librepensadores como Juan Montalvo y José Peralta, quienes impulsaron la secularización de la sociedad ecuatoriana. La creación de colegios públicos y de colegios privados para la formación de profesores laicos, fue una de las principales tareas de Eloy Alfaro. Una de las medidas de la Revolución liberal que se mantuvo durante décadas fue la obligación de los estudiantes de los colegios católicos de rendir sus exámenes y validar sus conocimientos ante los maestros laicos del Estado. El primer colegio laico del país, fundado en 1896 por Eloy Alfaro fue el colegio Bolívar de Tulcán, siguiéndole colegios como el Mejía y Manuela Cañizares de Quito. El general fue miembro de las logias masónicas, al igual que los próceres de la Independencia, y sus esfuerzos para separar la Iglesia del Estado fueron consagrados en aspectos como la creación del Registro Civil. Esta medida permitió que las personas tuvieran derecho a la identidad sin necesidad de ser católicos. Alfaro promovió la libertad de cultos, permitiendo el ingreso al país de misiones protestantes, en especial, de Estados Unidos. De esta forma, Alfaro puso las bases de la secularización de la sociedad y su apertura al mundo, que se desarrollaría ampliamente a lo largo del siglo XX.

Administración

Administración 



Primer Gobierno: Desde el 5 de junio de 1895 al 31 de agosto de 1901. Durante este primer período de la administración de Alfaro se firmó el "
Contrato Harman", en virtud del cual quedaba asegurada la continuación rápida de los trabajos del ferrocarril Guayaquil a Quito, llegando hasta Costa. En este período Eloy Alfaro también dio mucho impulso a la educación. El 25 de mayo de 1896 su mano derecha, el Coronel Luciano Coral Morillo, inaugura el Colegio Bolívar de Tulcán siendo el primer colegio laico del país, en 1907 la Escuela de Artes y Oficios, el 11 de junio de 1897 el Instituto Nacional "Mejía", el 20 de octubre de 1900 la Escuela de Bellas Artes de Quito, el 14 de febrero de 1901 el Colegio Normal Manuela Cañizares; el 25 de mayo de 1901 el Colegio Normal Juan Montalvo, el 11 de agosto de 1901 el Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil y el Colegio Militar Eloy Alfaro. En 1901, se establecen locales para el funcionamiento de los Colegios Normales Montalvo y Manuela Cañizares, el edificio del Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil. En definitiva, en el gobierno de Eloy Alfaro también se dio mucho impulso a la educación. Segunda Administración: En la segunda administración del General Alfaro, se realizaron las siguientes obras: el 25 de junio de 1908 se inauguró el ferrocarril del Sur que unía Quito con Guayaquil; se dio 1’700.000 sucres para la construcción del sistema de agua potable de Quito, dotó a Guayaquil de canalización para este mismo servicio básico, se construyó, por el centenario del primer grito de la Independencia, un monumento conmemorativo en la Plaza Grande de Quito, y se realizó una Exposición Universal. Para sede de esa exposición se construyó el Palacio de la Exposición, actual sede del Ministerio de Defensa del Ecuador. Hizo levantar planos de nuestra frontera y proporcionó adecuados edificios a diversas instituciones militares. En 1910, ante una posible guerra con el Perú por el centenario conflicto territorial, se trasladó a la frontera sur para organizar la defensa de la República, y adquirió armamento moderno. En 1906 se promulgó la Constitución liberal, que consagró el Estado laico, poniendo fin a la injerencia de la Iglesia Católica en la política. Un dato interesante es que desde el gobierno de Eloy Alfaro se le dio oportunidad a las mujeres de estudiar y ser parte de la sociedad. OBRAS OBRAS.- Hallazgo de los restos mortales del Gral. Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre los mismos que fueron llevados a la catedral metropolitana donde se los guarda, se los conserva y se los venera muy respetuosamente. Reorganizó el desaparecido conservatorio de música Desapareció privilegios militares y eclesiásticos. Durante la primera administración de Alfaro se firmó el "Contrato Harman", en virtud del cual quedaba asegurada la continuación rápida de los trabajos del ferrocarril Guayaquil a Quito, llegando hasta Colta, en este Período. Eloy Alfaro también dio mucho impulso a la educación. El 1 de octubre de 1869 inaugura el colegio "Bolívar" de Tulcán, en 1907 la Escuela de Artes y Oficios, el 11 de junio de 1897 el Instituto Nacional "Mejía", el 20 de octubre de 1900 la Escuela de Bellas Artes de Quito, el 14 de febrero de 1901 el Colegio Normal Manuela Cañizares; el 25 de mayo de 1901 el Colegio Normal Juan Montalvo, el 110 de agosto de 1901 el Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil y el Colegio Militar Eloy Alfaro. Finalizó su primer periodo presidencial cuando el Ecuador era un amplio camino hacia el progreso. Hizo levantar un monumento al insigne escritor y amigo Don Juan Montalvo en su ciudad natal. En 1901, se establece locales para el funcionamiento de los Colegios Normales Juan Montalvo y Manuela Cañizares, El edificio del Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil. En la segunda administración del General Alfaro, construyó el ferrocarril del sur, se dio 1’700.000 sucres para el Agua Potable de Quito, dotó a Guayaquil de canalización, se inauguró en la Recoleta el local que hoy ocupa el Ministerio de Defensa, proveyó al Ecuador de un armamento moderno. Hizo levantar planos de nuestra frontera y proporcionó adecuados edificios a diversas instituciones militares. En área de educación inauguró varios centros educativos entre ellos: el Colegio Bolívar de Tulcán; el Colegio Mejía de Quito; escuela de niñas en Esmeraldas; En 1899, se crea el Colegio Militar de Música en Quito y se inaugura el Colegio